Cuando me apunté a este curso, lo hice desde la angustia y la inseguridad porque siendo Educadora Social, no sabía lo que era un informe socioeducativo. Además, por un parte pensaba que iba a ser un poco rollo porque por el título “Elaboración de informes socioeducativos” no me atraía para nada, supuse que iba a ser una formación burocrática en la que iba a aprender sobre este concepto y poco más. Pero, por suerte, nada de todo esto ha sido así. Después de haber hecho el curso me he reencontrado como Educadora Social y he aprendido una herramienta útil de trabajo que espero poder aplicar en algún momento.

Gracias Rafa (López-Sidro López) por repetirnos una y otra vez la importancia de la Educación Social, por empoderarnos tanto y por recordarnos que, a pesar de compartir muchas áreas de intervención con otros profesionales, también tenemos las nuestras propias. Gracias por poner en valor los colegios oficiales de Educadores Sociales y la fuerza que tienen para apoyarnos en el ejercicio de nuestra profesión. Y gracias también por refrescarnos cómo  pensar y redactar como Educadores Sociales, por hablarnos de un modelo de informe que nos puede servir para utilizarlo como tal o modificarlo según nuestras necesidades y, por último, gracias por esforzarte tanto a través de dinámicas, juegos y pequeñas prácticas para que participáramos en el curso y así no tener que hablar tanto tú. También quería agradecer a mis compañeros del curso el facilitar la construcción entre todos de un clima seguro en que el poder sentirnos cómodos y hablar sin ser cuestionados sobre nuestras quejas y dificultades como Educadores Sociales y por lanzar la propuesta de querer hacer algo juntos, retomando el formato de grupo de trabajo o buscando otras maneras.

Me gustaría resaltar una dinámica de la primera sesión que consistía en elegir el objeto que mejor identificaba a los Educadores Sociales; me encantaron todas las respuestas que aportamos en ese momento porque me dio una visión de lo heterogénea que es nuestra profesión. Podría parecer algo negativo teniendo en cuenta que, como decíamos, un Educador Social vale para casi todo, pero personalmente, me alegra saber que nuestra profesión nos ofrece un abanico amplio de posibilidades, no solamente desde el punto de vista de la diversidad de colectivos con los que poder trabajar, sino también por la variedad de perspectivas que puede haber a la hora de plantearnos nuestro trabajo diario.

Para mí, el trabajo multidisciplinar es como una ficha de Trivial con todos sus quesitos, de manera que, si falta uno de ellos, en este caso el de la Educación Social, ya no está completa la ficha para poder ir al centro del tablero y tener la opción de ganar la partida. Porque hay un agujero, una falta, valga la redundancia; no se cuenta con una mirada, una perspectiva, un detalle, un matiz, un “algo” para completar el trabajo conjunto del equipo y, aunque pueda parecer que no es así, todos los quesitos son igual de valiosos. Si queda un hueco vacío, perdemos una parte de ese todo maravilloso.  

Noelia Sánchez, Centro de Día «Rivas»

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