Cuando se habla de sufrimiento humano, muchas personas pueden pensar que está lejos. Cuando se acerca y empieza a incomodar, con apagar la TV o cambiar de canal y dejar de ver las noticias, se vuelve a alejar. Pero desafortunadamente, no es así.

El sufrimiento tiene muchas caras distintas. Simplemente hay que abrir un poco los ojos y ver cómo cada día nos cruzamos y nos relacionamos con personas que sufren mucho a diario.

Sin ir más lejos, la mayoría de las personas con las que trabajamos han sufrido desde hace mucho tiempo, sufren en la actualidad y, lamentablemente, muchas seguirán sufriendo en un futuro.

Por este motivo, desde que vi en el plan de formación “El sufrimiento humano”, me pareció buena idea apuntarme. Este sentimiento se incrementó cuando vi que estaba impartido por Fernando Colina y por Laura Martín, así que no lo dudé. Me apunté y tuve la suerte de ser seleccionado.

Ambos han sabido compartir sus conocimientos de una forma clara, amena, e incluso con algún tinte de humor por parte de Fernando, que han hecho que las 10 horas hayan pasado de la mejor manera posible. ¿Que cuál es la mejor manera posible? Pues en la que además de aprender, disfrutas haciéndolo.  

Desde el principio han dejado patente su postura ante la medicación y sobre intentar atajar la clínica de las personas sin conocer previamente cuál es el causante de su malestar. De igual manera, comentan que las etiquetas lo único que señalan es lo que tiene la persona, pero no qué le pasa. Así mismo señalan que hay que tener muy presente que una persona es un sujeto de derecho y no sólo un sujeto de cuidado al que se le puedan anular sus derechos por cuidarle, tiene que haber siempre un equilibrio entre ambas.

También hablan sobre nuestro trabajo como profesionales. Tiene que ser el de acompañantes ante la soledad con la misión de poder otorgar más herramientas para mejorar el momento en el que llega el desbordamiento, para tratar que este llegue más tarde, o para que se pueda identificar momentos previos a este, y así poder reducir en gran medida el sufrimiento.

Nos recuerdan que un delirio no es más que una defensa ante una vulnerabilidad mayor, “mejor perseguido, que solo”, por esta razón, no hay que apagar del todo el delirio, sino saber con cuánto delirio puede estar bien la persona.

A lo largo de toda la formación, surgen multitud de reflexiones, que en ocasiones hacen que te plantees si estás haciendo bien tu trabajo. Al menos a mí me pasó. Creo que poder escuchar a personas con un rodaje mayor que el nuestro, aparte de ser una suerte, siempre debe hacer que nuestros pilares se tambaleen un poco con el fin de poder desempolvarlos, y si esto hace que esos pilares se refuercen más y podamos mejorar nuestra atención a las personas con las que trabajamos, mucho mejor.

Creo que, aunque algunas de las ideas que surgieron a lo largo de estas 10 horas puedan parecer difíciles de alcanzar, no significa que poco a poco podamos ir remando juntos en esa dirección y se conviertan en una realidad gracias a la cual, podamos reducir ese “Sufrimiento humano”.

Gracias Fernando, gracias Laura, siempre será un placer disfrutar de vuestro conocimiento.

Alfonso Arias. Centro de Rehabilitación Laboral «San Blas»

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2 comentarios

  1. Un abrazo Alfonso.
    Me ha gustado tu post.
    Felíz verano y a tus compañeros del CRL de San Blas también.

  2. Reitero el abrazo de Francisco, me parece una madura reflexion desde la optica profesional, y el buen hacer disfrutado de todos los componentes del CRL de San Blas a los que siento como mas que compañeros solo confirma la determinacion de seguir creciendo.
    Antes de buen profesional hay que ser buena persona, y eso es lo que sois.
    Disfrutad de unas merecidas vacaciones

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