El equipo de Casa Verde fuimos a la Unidad de madres del Centro de Inserción Social Victoria Kent, donde pueden estar madres que están cumpliendo condena con sus hijos de hasta 3 años. Si es difícil la maternidad, en el contexto de una prisión resulta muchísimo más complicado. El centro es un espacio amable y acogedor donde las madres están con sus bebés en unas casitas que gozan de todo tipo de comodidades. Nada recuerda a una prisión, el ambiente y el ruido infantil se filtran por los rincones.

Allí realizamos un taller en el que participaron siete bebés. Nuestra propuesta consistía en pasar un par de horas agradables junto a las mamás y sus bebés, y proponer juegos acordes al momento evolutivo de los más pequeños. Cuando se trabaja con el vínculo no se trata de aprendizaje, sino de poder establecer experiencias que sean significativas.

El taller iba orientado a provocar sorpresa y curiosidad por algo que viniera de fuera, del mundo. Elegimos como temática “El aire”. Envolvimos el aire en globos y también recubrimos el aire con jabón. Globos y pompas produjeron risas, sorpresas, algunos llantos, risas y más risas… Impactan las risas de las mamás ante las reacciones de sus bebés. Para nosotras no deja de ser una sorpresa: ¿es posible que nunca hayan visto pompas, ni jugado con globos?

Fue un primer contacto, un acercamiento. Hubo momentos de conexión y desconexión, momentos de encuentro entre todas, entre ellas y sus bebés, algo de ilusión en el rostro. Algunas nos recordaban que estaban allí porque no tenían otra alternativa. Una propuesta para poder continuar en la creación de un vínculo que protegerá para toda la vida.

La invitación está abierta para estas mamás. ¡Nos reencontramos en Casa Verde en septiembre!

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