El contexto de Pandemia mundial que nos atraviesa a todas y cada una de nosotras en la actualidad, ha supuesto un esfuerzo de adaptabilidad en todas las áreas de nuestra vida: como personas, como profesionales, como ciudadanas, etc.

Inevitablemente, se abren nuevos retos ante esta nueva “era” donde debemos afrontar, ya no solo nuestros propios miedos e incertidumbres, sino que, como profesionales, debemos acompañar y apoyar en los miedos e incertidumbres que comparten nuestras usuarias en el día a día, a través de nuestras intervenciones. Se antoja imprescindible compartir espacios de formación, debate y reflexión acerca de estas intervenciones entre las diferentes profesionales que nos enfrentamos a tan ardua tarea. El Plan de Formación presentado por Fundación Manantial este año 2021, recoge la necesidad de estos espacios de formación tan específicos, y de este modo, pude realizar el curso: “Intervención Psicosocial en tiempos de COVID”.

Gabriela y Andrea (docentes del curso) articulan perfectamente su saber y experiencia en un ámbito de intervención bien diferente al nuestro (migración, campos de refugiados,…), ideas y propuestas que bien se pueden aplicar a la Salud Mental; ya que las personas sobre las que intervenimos unas y otras, comparten factores que les señalan en la sociedad: estigma, prejuicios, desinformación. La visión que ofrecen de la intervención es optimista, aunque sin obviar la dureza de una realidad que pone trabas continuamente al diferente en esta nuestra “sociedad de oportunidades e igualdad”.

Partiendo desde una perspectiva global e integral, explicitamos la importancia de abordar contextos que forman parte de la persona con la que intervenimos: comunitario, social, familiar, cultural, político, histórico. Una de las claves del acompañamiento psicosocial se centra en tratar de afrontar  las diferentes violencias que han sufrido las personas, no podemos empezar a plantear objetivos de intervención, sin escuchar y tratar de resolver estas violencias; a través de estas intervenciones pretendemos hacer a la persona protagonista de su propio proceso terapéutico; que sienta que recupera el control y la dignidad de la intervención (si es que la perdieron; como en tantas ocasiones hemos podido observar en nuestras usuarias: ingresos involuntarios, tratamientos basados en la violencia, la invisibilidad de la persona y de su capacidad para decidir, etc.) No podemos olvidar, que nuestro trabajo, como agentes transformadoras, ha de tener una perspectiva comunitaria, no solo intervenimos sobre la persona, plantamos la semilla del cambio en el contexto social comunitario más próximo de la usuaria; y desde una visión más global, proponemos un cambio en la propia sociedad, buscando metas que hablan de comprensión, participación, transformación, oportunidad y pertenencia. Si bien estas acciones han respondido históricamente a la filosofía que guía nuestro trabajo, toman más importancia si cabe en la actualidad, donde el COVID ha puesto en jaque la salud mental de una sociedad ya de por sí desgastada por las desigualdades y el hartazgo hacia un sistema que se ceba con las personas más vulnerables.

Ya se nombra abiertamente en los diferentes medios de comunicación que la próxima gran ola de la Pandemia, será la que afecte a la Salud Mental. El acompañamiento psicosocial se presentará entonces como una de las más efectivas herramientas para minimizar los daños sufridos, los actuales y los que están por venir.

Rubén Borrego, Equipo de Apoyo Social Comunitario «Barajas»

 

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