Aunque ha pasado más de un año desde el comienzo de la pandemia provocada por la COVID 19, aún no hemos podido ver con claridad su final ni el paso definitivo a una situación estable que, en un principio, se calificó de “nueva normalidad”. Además, durante todo este tiempo, hemos tenido que adaptarnos a las continuas fluctuaciones de los datos que ha ido arrojando esta pandemia para actuar en consecuencia, con el fin de evitar el riesgo de contagio y el aumento de casos.

Si bien esta situación afectó de forma generalizada, en un principio se hizo notar, especialmente, en el sector laboral donde solo se mantuvieron en activo los puestos de trabajo relacionados con los servicios esenciales, donde incluso se vio incrementada la demanda de mano de obra y significó la única oportunidad de empleo en el inicio de la pandemia.

Paulatinamente, la situación generada por la COVID 19, nos hizo pasar por un proceso de adaptación a nuevas costumbres que, de nuevo, afectaron en gran medida al ámbito laboral, en el que el uso de la modalidad telemática se ha fortalecido tanto en la realización del trabajo, combinando esta modalidad con la presencial, como en el uso de servicios y la adquisición de productos, donde se ha extendido la aplicación de las nuevas tecnologías para el acceso a los mismos.      

En este contexto, el programa Reincorpora Salud Mental (RSM), que desarrolla Fundación Manantial a través del Servicio de Ámbito Penitenciario (SAP) con el objetivo de facilitar el acceso al mercado laboral a aquellas personas que cumplen una condena de prisión en alguno de los Centros Penitenciarios de la Comunidad de Madrid, también ha tenido que adaptarse a los cambios producidos por la pandemia y ha puesto el foco de atención en la necesidad de ofrecer instrucción sobre las TIC (Tecnologías de la Información y Comunicación) con el fin de favorecer la empleabilidad. De esta forma, no solo se ha recuperado el taller de “Apoyo para el uso de TIC”, en el que colabora el alumnado en prácticas de la Universidad Francisco de Vitoria, sino que, además, se ha incorporado la gestión telemática de trámites relacionados con el programa, como puede ser la solicitud de la demanda de empleo u otra documentación necesaria en el proceso de inserción laboral, para cuya gestión se ofrece el apoyo y los medios necesarios a las personas beneficiarias del programa Reincorpora.

Los resultados sobre estas novedades se han hecho notar de forma muy positiva según muestran los datos que arroja el programa RSM durante el año 2021, entre los que se recoge que el 66% de las personas participantes han obtenido, al menos, un puesto de trabajo, y el 44% aún mantiene su empleo.

Sin embargo, aun considerando estos buenos resultados, hay que tener en cuenta que la precariedad laboral sigue siendo una característica del mercado laboral actual y el motivo por el que la mayoría de las personas que han logrado la inserción laboral durante el año 2021, han ido encadenando contratos temporales de mayor o menor duración sin alcanzar la continuidad y estabilidad en el empleo. Esto supone una seria dificultad que impide el pleno desarrollo profesional e impacta de forma negativa en la motivación de la persona trabajadora que, además, ve frustrado su proyecto vital. En el ámbito de la salud mental, esta circunstancia conlleva un perjuicio mayor, teniendo en cuenta que la continuidad y la estabilidad son la mejor garantía de equilibrio.

Por ello, desde el programa Reincorpora Salud Mental, tenemos un deseo muy claro y pedimos al Nuevo Año 2022 una mejora de las condiciones laborales que acabe con la precariedad del empleo y garantice la estabilidad laboral como una de las mejores herramientas y fuente de salud mental.

Isabel Utrera, coordinadora del Servicio de Ámbito Penitenciario de Fundación Manantial

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