Desde hace más de 12 años, los equipos de trabajo que tienen atención directa a usuarios en cualquiera de los programas, servicios y recursos que gestiona Fundación Manantial, cuentan a su disposición con una herramienta de formación e intervención y una metodología estructurada de trabajo denominada supervisión.

Pero, ¿qué es la supervisión? Utilizaremos las palabras de Carmina Puig, profesora de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona, en su artículo “La supervisión en los equipos de Servicios Sociales: una oportunidad para la reflexión, el pensamiento y el cuidado de los profesionales”: La supervisión es el análisis de la práctica profesional que realizan los trabajadores de ámbitos psicosociales. Es un trabajo sobre el trabajo, un meta trabajo que se sitúa en la interfaz entre el aprendizaje, la formación, la educación y el apoyo en una organización o institución. La supervisión en la intervención social, llevada a cabo por un supervisor externo a la institución, es un proceso y una relación que tiene como objetivo revisar el trabajo profesional y los sentimientos que acompañan la actividad. También ayuda a contrastar los marcos teóricos y conceptuales con la praxis cotidiana.

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El equipo del Centro de Rehabilitación Psicosocial «Hortaleza» cuenta su experiencia, a qué les ha ayudado esta herramienta y qué ha supuesto en su forma de trabajar.

Desde el Centro de Rehabilitación Psicosocial (CRPS) «Hortaleza» consideramos la supervisión como la herramienta técnica que permite revisar nuestra tarea profesional en un clima de confianza. Desde nuestra experiencia, percibimos que nos brinda las condiciones y el espacio por las que el equipo tiene la oportunidad de escucharse, pensarse y cuestionarse sobre la intervención que se lleva a cabo tanto a nivel individual como grupal, familiar e incluso social. A través de una pregunta, el equipo va construyendo una cultura de trabajo que transciende a la cuestión concreta que se decide supervisar.

De este modo, desde nuestra experiencia, a través de preguntas concretas que nos surgían respecto a nuestra intervención a nivel individual, fuimos haciendo un pasaje reflexionando sobre nuestra labor y lugar a ocupar como dispositivo dentro del proceso de recuperación de una persona, de la red de rehabilitación, incluso de lo social. Revisando para ello nuestro quehacer respecto a la intervención grupal, derivando finalmente en poder pensar acerca de nuestra labor profesional, nuestra función y por lo tanto nuestro lugar a ocupar pudiendo revisar con ello la metodología de trabajo, así como las estrategias técnicas que venimos desarrollando para llevarla a cabo.

En este sentido, valoramos que se hace necesario contar con una mirada externa, que permita considerar nuevas perspectivas, estrategias y puntos de vista poniendo de manifiesto los puntos ciegos y nuevas hipótesis de trabajo que puedan ir surgiendo. La supervisión supone, en este sentido, una oportunidad de crecimiento, haciéndose efectiva a través del efecto que produce en el equipo, poniendo en valor lo significativo que puede resultar el proceso.

En términos generales, consideramos que la supervisión nos permite reflexionar acerca de la labor que, como centro, nos ocupa, teniendo en cuenta el contexto y el histórico que nos atraviesa. A nuestro modo de entender, se trata de, partiendo de las diferencias, pensar sobre nuestra finalidad para construir una metodología de trabajo acorde al lugar y la función que nos ocupa. Partiendo desde lo concreto, abordamos cuestiones transversales que tienen un efecto en nuestra labor profesional.

Por tanto, la supervisión pone en cuestionamiento inercias de las que en ocasiones no somos conscientes, que en algunos momentos pueden estar funcionando como pilar fundamental sobre el que descansa cierta sensación de falsa seguridad, motivo por el que conviene poder respetar los tiempos del equipo, teniendo en cuenta que cada cual tendrá su momento, su predisposición al hecho de supervisar, su demanda, sus resistencias, etc.  

Al respecto hay que tener en cuenta que atender a personas con problemas de salud mental, implica manejar situaciones y vivencias que requieren de una elevada exigencia, tanto en lo profesional como en lo emocional. A pesar de ello, consideramos que la supervisión tiene un efecto que puede resultar transformador, siendo un espacio en el que el trabajador puede sentirse cuidado. Es una oportunidad que se brinda a los profesionales para poder compartir y reflexionar, además de entender la supervisión como un recurso que ofrece la Fundación Manantial con la finalidad de garantizar una buena praxis profesional y una forma de cuidar a quienes ocupan la labor de cuidar desde un lugar técnico, ético y profesional.

Equipo del Centro de Rehabilitación Psicosocial «Hortaleza»

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